El término “populismo” se originó en Rusia durante el siglo XIX, específicamente en la década de 1870. Surgió con un movimiento político llamado “Naródnichestvo”, que se traduce al español como "populismo". Este movimiento se basaba en la creencia de que aquellos que se consideraban socialistas debían aprender del pueblo antes de tomar el poder.
El populismo es un término político que se refiere a una postura que busca atraerse a las clases populares a través de diversas estrategias. Sin embargo, es un término amplio y complejo de definir, ya que se aplica a diversas realidades, propuestas y estrategias políticas, económicas, sociales y culturales.
El populismo puede surgir de cualquier tipo de agrupación política, tanto de partidos políticos de derecha, ultraderecha o de izquierda. Se denomina como populismo a todos aquellos fenómenos que atentan en contra de la democracia liberal.
El populismo tiene un sentido negativo porque hace uso de una serie de estrategias que buscan convencer a los ciudadanos, en especial de los sectores populares, con propuestas falsas sobre la transformación de las bases políticas, económicas y sociales de un país.
Por otro lado, el filósofo y teórico político Ernesto Laclau, propuso un sentido positivo del populismo en el que explica que, por la propia naturaleza de sociedad, existe una oposición de pensamientos derivada de la pluralidad, lo que es fundamental para la democracia.
La Real Academia Española registró “populista” por primera vez en 1936 y “populismo” en 1985. Aunque el término ha sido utilizado en diversos contextos y por diferentes corrientes políticas, su uso contemporáneo a menudo se asocia con movimientos políticos que buscan atraer a las clases populares.
